El jueves
pasado estuvimos “explorando” el órgano. Mora tocaba y probaba distintos
ritmos, distintos instrumentos. A veces, mientras sonaba un ritmo, improvisaba
una melodía ( y sonaba armónico...). Por ahí puso su brazo
(hasta el codo) sobre el teclado y empezó a moverlo como ondulando y tocando
así algunas teclas, mientras avanzaba de izquierda a derecha. Me dijo: “esa es la serpiente”.
Ayer Nacho
me mandó por mail deberes para imprimir y hacer con Mora.
Nos
sentamos a hacerlos.
“Los
números me encantan” me dijo. Hizo el deber rapidísimo, sin el más mínimo
error. Tenía que completar un cuadro donde estaban todos los números entre 200
y 300 y pintar algunos. Descubrió que en la diagonal estaban todos los números
con cifras repetidas: 200, 211, 222 (éste es el único que tiene los tres
iguales” me dijo) 233,…
Tenía que
leer un cuento de una página en voz alta. Lo leyó perfecto. Después contestar
preguntas sobre el texto. Sólo consultó de nuevo una vez. En “comprensión de
textos” hubiera sacado más nota que la mayoría de los chicos del secundario
actuales!!
Otra cosa.
Veníamos caminando de la escuela, como siempre, por la 27. En eso, yo veo una
piedrita con forma de corazón. Éste fue el diálogo que siguió:
“Mirá esta
piedra”
“Tiene
forma de corazón. La llevo?” me dice
“Sí, claro”
“Así le
pongo Blas y se la doy a él”
“Ah! Y Blas
es tu novio?”
“Sí! Pero
Blas tiene como 5 novias: Lorna, Miriam,… y yo!”
Lo decía
muy contenta…