jueves, 25 de julio de 2013

Primer amor



Un día veníamos del jardín. Durante un tiempo la llevaba casi todos los días porque su mamá tenía la rodilla lesionada.  Ya hacía un tiempo, Mora me había comentado de un nene de jardín, de la salita de 4, con el que intercambiaban sonrisas.
Le pregunto: “Y aquel nene que te sonreía, cómo se llamaba?” Me dice: “Iván”. “Ah, y es tu amigo, no?” y ahí me contesta: “No, no es mi amigo, YO LO AMO” (¡!)
Yo, que luchaba por mantener una seria conversación, le digo. “Ah!, claro, lo querés mucho…” “Sí – me dice- yo quiero bailar con él el vals en el parque…”
Al comentarle esto a Juana Inés, ella me cuenta que la otra noche entra Nacho a su habitación riéndose, después de leerle un cuento y charlar con Mora,  y le dice: “Voy a tener que hablar seriamente con ese tal Iván de la salita de 4 a ver qué intenciones tiene…” Parece que también le había contado al padre de su amor…
Y la cosa siguió.
Otro día, también volviendo del jardín, le pregunto: “Y cómo te fue hoy?” “Y…más o menos” me contesta (muchas veces contesta así).  “Y porqué más o menos?” “Porque yo les pedí a mis compañeros que lo trajeran a Iván para hablar con él, pero ellos dijeron ¡Vamos a cazar a Iván! y salieron corriendo a buscarlo y él se enojó”. Parece que ella quería hablar con él para declararle su amor o algo así.
Unos días después, parece que les había dicho a sus compañeros que le gustaba Iván y ellos dijeron “¡Qué asco!” y ella se enojó. Yo le dije que debía ser por celos…

Veremos cómo sigue esta novela (temprano empieza, ja, ja…).
 

                           Así luce en estos días la dama enamorada:

Con jogging y salto de cama:

                                          En el Argentino (Pedro y el lobo):        
                                               

                                                          En el Ecas (la llevó Nane):

Meditación



Muchas veces Mora le pone flores a “La Vigen” y parece que le reza.
El otro día hizo eso y me dijo después “Yo le pedí una cosa y también medité  (¡!)
“Ah, sí?! Y qué es meditar?” le digo. “Vos no sabés?” me pregunta “Y… más o menos. Vos sabés?” Entonces me contesta: “Yo sí. Lo vi en Avatar”.